“La RADIO ESCOLAR es una corneta, un altavoz, un minicomponente, una cabina de grabación, es un equipo de amplificación, es una grabadora reportera con un micrófono, es un equipo de sonido… es todo esto y algo más… Es decir, es una dinámica donde la palabra, la imaginación, la creación, la música, los efectos de sonido son conjugados para narrar historias, contar vivencias y experimentar una forma de expresión y de existir.”

Desde hace ya algunos años, la prensa, la radio, la televisión, el cine o el vídeo (y más recientemente Internet), han sido y siguen siendo instrumentos que, en mayor o menor medida, la escuela no ha dudado en utilizar para desarrollar ciertas fases de la enseñanza y del aprendizaje.

En el terreno de la educación, la radio puede tener múltiples aplicaciones: desde despertar la imaginación, fomentar y reforzar el trabajo en equipo, hasta convertirse en un formidable instrumento para mejorar la expresión oral y la capacidad creativa, sin olvidar que muchos de sus productos contribuyen a ampliar el conocimiento sobre el entorno político, económico, social, cultural y natural que nos rodea y, consecuentemente, a mejorar la relación con todo aquello que nos envuelve.

Las distintas fases educativas vigentes hoy en día permiten introducir, de alguna y otra forma, el medio en la escuela, de hecho, si partimos de los Reales Decretos de Currículo en los que se establecen las enseñanzas mínimas, vemos que entre los objetivos se establecen varios que nos interesan especialmente; «comprender y producir mensajes orales y escritos con propiedad, autonomía y creatividad», «comunicarse a través de medios de expresión verbal, e «interpretar y producir con propiedad, autonomía y creatividad mensajes que utilicen códigos artísticos”.

Fernando Quesada

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